Pepito llegó un día de la escuela y encontró a su pollito que tenía como mascota tirado en el suelo con las patas apuntando hacia el cielo.
Cuando su papá llegó a casa le explicó que el pollito había muerto y que sus patitas apuntaban hacia Dios en el cielo. Pepito se quedó tranquilo con la explicación y junto con su padre enterraron al pollito.
Dos semanas después el papá llegó a casa del trabajo y Pepito corrió a recibirlo gritando: “Papá, papá, por poco perdíamos a mamá hoy.”
“Qué dices, Pepito.”
“Sí papá, cuando llegué de la escuela, mamá estaba acostada en la cama con las piernas apuntando hacia el cielo y gritando, ’Dios mío, Dios mío’. ¡Si no hubiera sido por el tío Joaquín que estaba encima de ella deteniéndola seguramente se nos hubiera ido!”
Tres almas suben al cielo y San Pedro, que está en la puerta, les dice:
“Si no es por no entrar, pero es que aquí no cabe ni un alma…bueno, una
sí.”
Las 3 almas se miran entre sí con cara extrañada y dice una:
“Bueno, ¿y qué hacemos?”
San Pedro les contesta:
“Yo lo que hago en estos casos es que cada alma me cuente cómo ha muerto y la que haya muerto de la forma más increíble entra”
Va la primera alma y le cuenta:
“Yo hacía tiempo que sospechaba que mi mujer me ponía los cuernos, y un día decidí llegar antes del trabajo para pillarle “in fraganti”. Incluso decidí subir los 25 pisos andando para que no me oyeran llegar. Cual fue mi sorpresa que me encontré a mi mujer en pelota picada tumbada en la alfombra, y la muy perra me dice que estaba haciendo gimnasia desnuda. Me empiezo a cabrear y a buscar al hijo de puta que se la estaba tirando. En esto que oigo como alguien está rascando en la ventana y me encuentro a un tío colgado en la cornisa. Entonces cogí un bate de béisbol y le empecé a dar de hostias hasta que se soltó y cayó, pero el hijo puta tuvo tanta suerte que cayó encima de un toldo y rebotó a unos arbustos y se salvó. Yo desesperado cogí la nevera y se la tiré, con tan mala suerte que se me enredó en el pie el cable y caí detrás de la nevera.
San Pedro flipado le hace salir y hace pasar a la siguiente alma:
“Yo era un limpiacristales (con futuro) y un día que estaba limpiando los cristales de un piso 26, se me rompe una cuerda del andamio y caí, pero conseguí cogerme a la cornisa del piso de abajo. Empiezo a dar golpecitos a la ventana para ver si alguien me podía ayudar. En esto que me sale un tío con los ojos rojos de ira y me empieza a dar de hostias con un bate y a insultarme hasta que caí. Menos mal que había un toldo que me hizo rebotar a unos arbustos. Cuando abro los ojos me veo como una nevera cae sobre mí con el tío detrás.”
San Pedro ya descojonado le dice a la siguiente alma que pasara y que ya
podía ser cojonuda su muerte que lo tenía difícil para entrar.
El alma le dice:
“Pues que me estaba tirando a la mujer de un amigo cuando aparece éste y no se me ocurre otro sitio para esconderme que la nevera…”
3 comentarios:
Jajajajajajajaja las tres almas merecen entrar al cielo jajajaja.
Saludos.
ambos chistes han estado muy buenos. saludos.
Bonísimos los dos.
Salu2
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