Cuando la vecina pasaba, el loro del peluquero siempre le gritaba sin piedad:
- Buen día, puta!
Hasta que un día ella no aguantó más y reclamó airadamente al peluquero, y como modo de castigar al loro por su mala conducta, lo pintó de negro. Al día siguiente ella pasó por la peluquería y el loro, ahora pintado de negro, no dijo absolutamente nada.
La mujer, triunfante, lo provocó:
- Ahora estás calladito, no?
A lo que el loro , con aire de olímpico desprecio, respondió:
- Cuando estoy de smoking no hablo con putas
- Buen día, puta!
Hasta que un día ella no aguantó más y reclamó airadamente al peluquero, y como modo de castigar al loro por su mala conducta, lo pintó de negro. Al día siguiente ella pasó por la peluquería y el loro, ahora pintado de negro, no dijo absolutamente nada.
La mujer, triunfante, lo provocó:
- Ahora estás calladito, no?
A lo que el loro , con aire de olímpico desprecio, respondió:
- Cuando estoy de smoking no hablo con putas
9 comentarios:
Ja ja ja !!!. Buena respuesta lorito. :DD
Bien por el loro, le gusta guardar las distancias.
Jajajajaja, muy bien, de smoking discreta elegancia, jajajajaja.
Normal, todavía hay clases.
Jajajajaja ¡Tómala barbón o barbona mejor dicho jajaja.
En mi calle había un loro que también gritaba ¡¡¡ puuutaa !!! a todo el que pasara por delante. Especialmente a las ancianas...hablaba muy bien, pero de vista no iba muy sobrado.
jejeje, muy bueno.
Hay que tener cuidado con lo que se enseña a los loros.
@ tod@s creo que lo mejor es no tener un loro , que luego todo son problemas , gracias por pasar y comentar
Ya se sabe, quien se ofende... es por algo.
Abrazo.
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